Ladrillo cocido con la representación de un cocodrilo modelado de manera realista en relieve.

Comalcalco, lugar del que proviene esta pieza, es anómalo en relación con prácticamente todos los demás sitios mayas, pues al estar construido en una zona pantanosa, no tiene acceso a piedra, ni para construir ni para erigir monumentos. Como solución al primer problema, los habitantes de Comalcalco recurrieron a la abundante arcilla del terreno para la elaboración de ladrillos constructivos.

Además de esta peculiaridad, los ladrillos de Comalcalco son notables porque muchos de ellos presentan imágenes de diferentes motivos como casas, lanchas, seres humanos y muchos animales. Este ladrillo es especialmente notable porque el cocodrilo que representa no se ejecutó como incisión en el ladrillo, sino que se modeló de manera tridimensional, lo que hace suponer que quizás el ladrillo se utilizó en la superficie de alguna construcción, al no poder utilizarse como elemento interior de alguna hilada.

Más allá de resultar un animal llamativo para los artistas mayas debido a su abundancia en el trópico, el cocodrilo es un animal importante en la visión del mundo que tenía este pueblo, pues se trata de un ser capaz de moverse en tierra, pero también de desplazarse al inframundo (al que se accedía atravesando la superficie del agua). Asimismo, se pensaba que la Tierra se sostenía toda sobre el lomo de un inmenso cocodrilo que flotaba sobre el mar primordial.

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