Figurilla que representa a un personaje sentado, con las piernas dobladas. Lleva un tocado, orejeras y un collar de grandes cuentas.

También se aprecia parte de su vestimenta, en la que quedan aún restos de pintura azul.

Esta figurilla, de extraordinaria estilización, encarna varios aspectos del ideal de belleza masculina entre los antiguos mayas, como la frente con deformación tabular o el puente de la nariz prolongado por encima de los ojos (quizás mediante algún tipo de prótesis u ornamento).

Es muy posible que se trate de la representación de algún personaje de la corte del reino de Palenque, considerando el complejo peinado y el collar de grandes cuentas, que muy probablemente habrían sido de jade en la vida real. Asimismo, los restos de pigmento que aún pueden apreciarse en su vestimenta muy probablemente representaban que se trataba de textiles finos, posiblemente multicolores.

La pose del personaje es elegante y su expresión de gran solemnidad.

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