Máscara funeraria de mosaico constituido con teselas de jadeíta. Los elementos claros y rojos son de concha, y los oscuros de obsidiana.

Los elementos claros que salen de la nariz de esta máscara representan el aliento del personaje y es posible que las volutas que salen de las comisuras de la boca también. En otras representaciones, este aliento está señalado por formas esféricas que surgen de la nariz. En ocasiones, inclusive, este aliento se representó en forma de flores alargadas. No por casualidad, una expresión que se utiliza con frecuencia en las inscripciones para aludir a la muerte se traduce como "se extinguió su florido aliento blanco".

Los labios se trabajaron con una concha de tono rojizo (probablemente Spondylus), en tanto que el iris de los ojos está constituido por un círculo de obsidiana. Todos estos elementos se montaban en una base de material perecedero (probablemente madera) que se descompuso en la tumba con el tiempo. Por ello, estas máscaras suelen encontrarse en fragmentos desparramados en torno a la cabeza del difunto.

Todas las máscaras funerarias usadas en las tumbas de los miembros de la élite maya representaban a éstos de manera realista y siempre con los ojos abiertos y "en vida". Esto pretendía aludir al hecho de que los difuntos habrían de renacer en el inframundo. El paradigma por excelencia de esta resurrección era la siembra y germinación de la planta de maíz.

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