Cajete trípode con decoración tallada en bajorrelieve en la parte superior de la tapa y en las paredes.

Este tipo de recipientes solían utilizarse para guardar objetos de uso ritual (como perforadores) o de valor simbólico (como efigies, conchas, espinas de mantarraya o dientes de tiburón). Se les ha hallado (como es el caso de este ejemplo) enterrados en el seno de muchas estructuras, muy probablemente como ofrendas consagratorias de las las mismas.

A pesar de su hallazgo como ofrendas, no puede descartarse que este tipo de recipientes se utilizaran cotidianamente también para guardar los implementos necesarios en diversas ceremonias, como sangrados rituales o aspersiones de incienso (la resina conocida como entre los mayas). Es posible incluso que se utilizaran como elementos de tributo, en vista de la finura de su manufactura y del hecho de que con frecuencia se hallan en sitios diferentes al de su manufactura.

El motivo tallado en esta tapa representa la cabeza de un ser humano (muy posiblemente un gobernante) que emerge de un casco complejo, cuajado de elementos. Entre los más fáciles de reconocer están una flor de lirio acuático que surge de la nariz del ser del que emerge la cabeza y que podría simbolizar el aliento de la criatura; sobre esta flor puede verse una diadema que termina en un medallón en el que aparece la cabeza de un felino y, detrás de ésta última, la cabeza de un ser sobrenatural que parece ser la Deidad Ave Principal, fuertemente ligada a la institución del gobernante maya.

Las representaciones de rostros (humanos y de deidades) surgiendo de las fauces de alguna criatura podrían tener también que ver con la idea de que podía invocarse a ancestros y a deidades y éstos acudían ante el invocante a través de una criatura que los materializaba a través de sus fauces.

No debe dejarse sin considerar la posibilidad de que simbolicen la transformación de ciertos individuos en su way o coesencia espiritual, que suele adoptar la forma de un animal o una criatura poderosa.

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