Vista, hacia el sureste, de una estructura atravesada por un arco hecho con bóveda de saledizo. Su fachada está profusamente decorada con motivos figurativos y convencionales del llamado estilo Puuc, hechos con mosaicos de piedra caliza tallada.

El llamado "arco de Labná" es una estructura que ha llamado poderosamente la atención de todos los visitantes de las ruinas de esta antigua ciudad desde las primeras exploraciones, a mediados del siglo XIX. Esto se debe, sin duda, al hecho de que su preservación ha sido muy buena y ha permitido apreciar tanto sus armoniosas proporciones como su peculiar ornamentación.

Hay que señalar que, a diferencia de otros arcos "de paso" (ver el arco de Kabah), el arco de Labná no es una estructura que marque la entrada a la ciudad, sino que es una estructura cuya funcio´n fue la de separar dos áreas diferentes del interior de la misma.

Su fachada oriental (que aquí no se ve) presenta una decoración completamente geométrica, en tanto que la occidental (que vemos aquí) es más figurativa: sobre los dos vanos de puerta laterales, pueden verse dos chozas estilizadas, sobrepuestas a un fondo de celosía cruzada. En las puertas de éstas, alcanzan a verse vástagos salientes de piedra, lo que hace pensar que en el interior de estas chozas hubieron efigies (de gobernantes o deidades). Las chozas se apoyan sobre una cornisa decorada con un mosaico en forma de "zig zag", que probablemente represente a una serpiente. En la esquina noroeste (la más próxima en esta toma), alcanza a verse un mascarón fantástico que probablemente representaba a alguna deidad.

Sobre la parte central del arco, así como detrás de la choza de la izquierda, se adivina el arranque de lo que debió ser una crestería que bien pudo estar decorada con esculturas modeladas hechas de estuco.

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